Desde el modelo cognitivo-conductual, hacemos especial hincapié en la capacidad de aprendizaje y cambio de todas las personas. En base a ello cada caso es evaluado para diseñar un completo tratamiento, apoyado en técnicas psicológicas de contrastada eficacia, que permita al cliente adquirir las habilidades y recursos para comprender y hacer frente a sus problemas emocionales.

Cada problema emocional es diferente, hasta el punto de que una misma situación vivida por distintas personas se convierte en una experiencia totalmente diferente. Por ello, los tratamientos y técnicas se ajustarán a cada cliente y situación, siendo la parte más importante y decisiva en la terapia, la implicación y esfuerzo del cliente. La duración de las sesiones así como la de la terapia se miden por objetivos y no por tiempo, no obstante, con carácter general, terapeuta y cliente superarán las siguiente fases: